Consolidada como una de las grandes cadenas hoteleras más reconocidas, Holiday Inn cuenta con una historia que tiene sus comienzos en los años 50. Fundada por Kemmons Wilson en Tennessee, esta marca se creó con el objetivo de brindar a las familias norteamericanas un alojamiento confiable y accesible durante los viajes por la carretera. Desde aquel momento, la cadena creció significativamente y ahora es parte del Inter Continental Hotels Group, que opera más de mil propiedades en más de cien países.
La clave detrás del éxito de esta compañía radica en su perspectiva de otorgar una experiencia acogedora y confiable para toda clase de viajeros: desde familias hasta profesionales que se encuentran por viajes de negocios. El compromiso que mantiene con la comodidad se ve representado en la calidad de sus establecimientos, que cuentan con habitaciones amplias, camas cómodas y zonas de descanso que aseguran una estancia sin ningún tipo de complejidades. A su vez, esta cadena también se ha volcado por la constante renovación de sus hoteles, teniendo en cuenta elementos de diseño moderno, tecnología avanzada y servicios que simplifican la vida del usuario como, por ejemplo, acceso gratuito al Wi-Fi, desayuno y espacios para desarrollar reuniones.
Holiday Inn también se diferencia por el enfoque que mantiene con la accesibilidad y conveniencia. La mayoría de sus propiedades se encuentran situadas en zonas estratégicas, cerca de terminales y aeropuertos, centros de convenciones y avenidas principales, lo que simplifica a los huéspedes el acceso a sus destinos. Asimismo, la cadena ofrece un amplio abanico de opciones de alojamiento, desde hoteles de categoría media para usuarios con presupuesto ajustado hasta opciones más inclusivas como Holiday Inn Resort.
Servicio al cliente: un aspecto indispensable para la conformación de la reputación de Holiday Inn
Desde el primer instante, una de las características distintivas de esta empresa fue el compromiso para con el cliente, un aspecto indispensable para la conformación de su reputación mundial. La cadena trabaja constantemente para crear una experiencia amena y acogedora, en la que los clientes se puedan sentir valorados y cómodos desde el momento que llegan a las instalaciones. Esto se ve reflejado en cada detalle de su operación, desde la recepción hasta el servicio de limpieza, asegurando que cada huésped reciba la atención que merece y se sienta como en la comodidad de su casa.
Para alcanzar este objetivo, la marca invierte en la formación y capacitación de cada uno de los empleados. El personal es entrenado en habilidades técnicas, pero también en aspectos esenciales del servicio al consumidor como la empatía, cortesía y la facultad de anticipar las potenciales necesidades de los clientes. De este modo, con dicha preparación garantiza que el equipo se encuentre al pie del cañón para evacuar de manera eficaz y proactiva cualquier tipo de requerimiento: ya sea un pedido de almohadas o ayuda con la organización de actividades.
La cadena también ha implementado actividades que tienen como fin promover un ambiente de hospitalidad genuina. Esto incluye la realización de políticas orientadas a la satisfacción del consumidor como la garantía «Stay Real», que promete una satisfactoria estancia o bien, una compensación en caso que el cliente no quede del todo satisfecho con la atención propinada. Además, la mayoría de estos hoteles accionan para conformar espacios comunes que promuevan la interacción social como, por ejemplo, áreas de descansos, zonas de trabajos colaborativas y opciones de cocina local, lo que ayuda a una mayor integración de los huéspedes.
Holiday Inn también ha comprendido la importancia de recompensar al cliente por elegirlos, lo que ha llevado a la creación de un programa de fidelización mediante IHG Rewards. Este programa hace que los huéspedes junten puntos cada vez que se alojan en algunas de las instalaciones de la cadena, que posteriormente puedan cambiar dichos puntos por descuentos y promociones, además de otros grandes beneficios.